Lamento mi poca tolerancia hacia el tiempo y que tu amor no me es bueno, me desespera la forma en que me miras, odio ese peculiar sentimiento en el que tu respirar me habla del amor, es esa sonrisa impura que limpia nuestro aire. Comienzo a odiar la forma en que me amas de vez en cuando pero que yo acepto y es así como a diario entro y salgo de aquel infierno en el que me sumerge cada acto innecesario que me negué a darte, como ese sentimiento de amor puro que brota de mis ojos cansados en los cual mi sueño pide ser huésped,me tomo la molestia de pedir disculpas por esas actitudes agrias que entre tú y yo se convirtieron monótonas.
Nunca le profesaste nuestro amor la mundo pero si a mi oído y era así como sabias calmar mis coleras infinitas, siempre me han gustado los hombres de espíritu salvaje pero tú me regalaste satisfacciones cultas, miradas silenciosas que sólo mis besos sabían interpretar, esos mismos que se perdían cuando llegaba la noche y no había más que cerrar los ojos y quedar en un descanso espiritual, el mismo que podía hallar encogiendome en sus brazos que son tan intensos como la voz de mi canción favorita y sus intenciones eran puras, tan blancas como cada espacio de mi alma que debo llenar con sus historias que sólo tendrían límite si llegan a ser tan desinteresadas como mi mirada y puede que cada palabra ya mencionada y momento vivido fueron sensaciones que cada cuerpo merece experimentar para sentir la capacidad propia de ser apasionados y no por aquello que ven sino por lo que cada quien esta arriesgado a sentir.
Entre tú y yo solo hay una restricción de tiempo innecesaria que la vida nos manda obedecer,pero se la persona que eres y por eso te he elegido para que seas tú quién constantemente haga arder mi infierno, todo lo que ves es lo que soy y lo que estas condenado amar.
-Ela
Quien te lo recomienda
Daniela Hernández

No hay comentarios.:
Publicar un comentario